Sola.

¿A dónde van los años en minutos
amontonados en los dias vacíos?,
Yo vengo de un espacio donde no existe
el llanto,
donde mis pies descalzos acarician la tierra
y la brisa me ama.
De donde yo vengo,vienen las estrellas
fugaces,el trinar de los pájaros,
el séptimo Arcoiris y las rosas.
De donde yo vengo viene la gente
que te mira a los ojos.
¿A dónde va la risa cuando se cuenta
el tiempo?,
¿y el tiempo a dónde va cuando se va
el entorno?.

¡Ese empeño mío en preservar el ambiente !

Amigos, las plantas y animales tienen un enemigo más peligroso que todos los demás; no es la enfermedad ni el fuego, ni la contaminación. Es el hombre.
Por causa del hombre muchas plantas y animales han desaparecido del mundo, y otros están en peligro de desaparecer. Las plantas necesitan una tierra en la que crecer, la gente necesita carreteras, casas, fábricas, estacionamientos para sus autos. Así, los árboles se arrancan y la tierra se limpia y se pavimenta. Poco a poco los grandes bosques van desapareciendo.Necesitamos las cosas que pueden construirse en la tierra, o que pueden obtenerse de ella, pero también necesitamos la belleza natural del paisaje sano. Qué debemos hacer?
Quizás la respuesta sea sencilla: conservar parte del paisaje y servirse del resto. Pero, ¿que parte del paisaje debemos usar?... ésto es difícil y requiere de discernimiento. Tratemos de no cambiar drásticamente el aspecto del paisaje, la tierra no es plana, tiene altos y bajos. La lógica nos dice que
las partes bajas tienen más riesgo de inundaciones, que las partes semiinclinadas son buenas para los cultivos, que el borde de un barranco no es apropiado para construir. Usemos la razón, esa arma maravillosa que nos da Dios.Somos la raza inteligente. Demostrémoslo respetando la naturaleza y los cauces de ríos y quebradas. Y sembremos más árboles como un recurso indispensable de subsistencia.

Casi. Aún puedo retroceder.

La esperanza tiene un hermoso color verde, como los retoños nuevos.
Casi. Casi nace una nueva rama, una nueva flor. Casi. Si la regamos la veremos
como un milagro de Dios.

Carta a mi hija

No importa que no saques el polvo de la sala, ni que abras las cortinas para que entre el calor. No importa que no tiendas sin arrugas, las sábanas, ni calientes la sopa, ni airees la habitación. Tú, cuida de mis plantas.- Hoy he visto retoños nuevos en las cayenas; ya pronto tendrán flores de rojo florecer; y me he fijado, niña, que hay una salvia joven creciendo entre la hierba que arrancamos ayer. Yo quiero que tus manos guíen las ramas tiernas que están brotando airosas allí, en las trinitarias; quiero que formes arcos que se cubran de rosas, y que vengan los pájaros a trinar serenatas.- Cuida por mí, mis plantas, que son también mis hijas; como yo te doy besos dále a éllas amor; la gloria de mi Padre brota así, de mi patio, y en cada dedo tuyo habrá una bendición.- No importa que no barras, cántale al nuevo día. Y cuida de mis plantas !...

Mirando a lo alto.

Sólo cuando se apagan las luces en la tierra, se puede ver la grandeza de los cielos, sus luces prodigiosas, y entender la presencia de Dios. Es cuando estamos en la oscuridad cuando sentimos la imperiosa necesidad de ver hacia arriba y consolarnos con las estrellas.

No es normal sentirse triste.

Así me digo siempre. Hoy es jueves, 10 de abril de 2008 y tengo mucha edad en el pecho. Se ha subido un poco a mi cara. Hoy aparento los años que la preocupación desea y yo no. Mi bebé tiene fiebre. Yo tengo llanto. Mis plantas están mustias porque no salí a regarlas. He descubierto que mi prioridad es mi muñeca de ricitos rubios.