jueves, 10 de abril de 2008

Carta a mi hija

No importa que no saques el polvo de la sala, ni que abras las cortinas para que entre el calor. No importa que no tiendas sin arrugas, las sábanas, ni calientes la sopa, ni airees la habitación. Tú, cuida de mis plantas.- Hoy he visto retoños nuevos en las cayenas; ya pronto tendrán flores de rojo florecer; y me he fijado, niña, que hay una salvia joven creciendo entre la hierba que arrancamos ayer. Yo quiero que tus manos guíen las ramas tiernas que están brotando airosas allí, en las trinitarias; quiero que formes arcos que se cubran de rosas, y que vengan los pájaros a trinar serenatas.- Cuida por mí, mis plantas, que son también mis hijas; como yo te doy besos dále a éllas amor; la gloria de mi Padre brota así, de mi patio, y en cada dedo tuyo habrá una bendición.- No importa que no barras, cántale al nuevo día. Y cuida de mis plantas !...

1 comentario:

Milagros Hernández Chiliberti - SorGalim- Prsdte de la UHE dijo...

¡Qué maravilla! unas ideas llenas de magia y encanto