lunes, 22 de junio de 2009

Pensemos...

La población mundial es de más o menos 6.500 millones de personas. Si todos nos tomáramos de las manos, formaríamos una fila veinte veces más larga que la distancia entre la Tierra y la Luna.
¡Qué lindo sería entonces unir manos y voces a través de las naciones, elevar plegarias con las manos unidas en un sólo idioma universal: " la sonrisa"... para pedir al Creador que perdone el daño que hemos causado con nuestra mal usada inteligencia a la hermosa Tierra que nos dio para señorear y amar!
Así, aún estaríamos a tiempo de salvar el mundo que nos entregó.

Basta.



¿Hasta dónde vamos a llegar?... ¿qué tanto deseamos destruir la naturaleza?... Dios colocó al hombre en La Tierra para que la labrara y la guardase, es decir, para que la cuidara. "Produzca La Tierra hierba verde, hierba que dé semilla, y árbol de fruto que dé según su género. Que su semilla esté en él, sobre La Tierra" (Génesis 1.11)
Y luego, en Génesis 1.26 dice: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastre sobre la tierra.
"Señoree el hombre" dijo Dios. Y todos sabemos que "señor" es el dueño de una cosa y que como dueño protege, cuida, guarda. Intentémoslo. El mundo fue hecho de forma perfecta, todo lo que produce la tierra es necesario, todo tiene su propósito. Sólo tenemos que cuidarlo.